El proyecto INTEDU, liderado por AMBIT, combina la inteligencia artificial y la neurociencia en el diseño y equipamiento de los espacios educativos, para mejorar los procesos de aprendizaje en educación secundaria.

La neurociencia aplicada al diseño del espacio construido, es decir, la neuroarquitectura, ha demostrado que el espacio es un aspecto esencial en la educación. El entorno y los parámetros ambientales que configuran los espacios de los centros educativos condicionan, por un lado, las experiencias y por otro lado, la arquitectura cerebral de los niños influyendo así en los procesos de aprendizaje

Su objetivo principal es estudiar el sistema nervioso y las bases neurales que subyacen a la conducta, el aprendizaje, las emociones y los procesos cognitivos. De ahí que sea clave entender el origen de las conductas y necesidades emocionales de los alumnos y docentes para diseñar un espacio que los acompañe y ayude en ese proceso de aprendizaje y crecimiento.

En esta primera fase de toma de datos se ha hecho uso de tecnologías no invasivas proporcionadas por la empresa GOLI Neuromarketing para medir el comportamiento y las reacciones neurofisiológicas de los adolescentes.  A partir de estos inputs y con la colaboración del centro, la consultora educativa Eduxarxa ha identificado los retos y objetivos pedagógicos del centro. A continuación, AMBIT y ELISAVA, en colaboración con Ana Mombiedro, han establecido una serie de indicadores que constituyen el framework metodológico desde una perspectiva múltiple: necesidades neurofisiológicas, funcionales, conductuales y experienciales. 

Una vez definido este marco metodológico, se ha iniciado una investigación para identificar los parámetros físico-ambientales que configuran el diseño de un producto de interiorismo o del espacio educativo en relación con el bienestar físico-emocional de los alumnos y docentes, en concordancia con los objetivos pedagógicos establecidos previamente y los retos de diseño identificados. Así pues, esta primera fase de la investigación ha concluido con la definición de indicadores que permiten relacionar la respuesta neurofisiológica y conductual del usuario con el proceso de aprendizaje, entre ellas: el aspecto de la ergonomía, el confort y el bienestar físico, los patrones de atención durante el uso del espacio o del equipamiento y cualquier modificación en la percepción o la emoción predominante en la interacción con el entorno social, físico y digital. 

Ante las necesidades concretas identificadas, en las próximas semanas las empresas del clúster AMBIT, Mobles Grau y Absotec, equiparán el espacio educativo con sus soluciones de mobiliario y absorción acústica, respectivamente. Estas nuevas versiones de las atmósferas de aprendizaje serán validadas a través de un segundo análisis utilizando las tecnologías investigadas por el proyecto. 

Como resultado de la investigación realizada, se podrán establecer relaciones precisas entre la percepción, la respuesta emocional y el comportamiento de los adolescentes en relación con los atributos de diseño de una atmósfera de aprendizaje y su papel en la consecución de los objetivos pedagógicos establecidos por el centro educativo. De esta forma, podremos intervenir y diseñar espacios que contribuyan a formar ciudadanos física y mentalmente sanos para el futuro. 

Más información sobre le proyecto INTEDU aquí.

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